El ruido en la capital salmantina sigue siendo una de las principales preocupaciones de los ciudadanos.
Más de 80.000 habitantes de la capital padecen un nivel superior al que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido al tráfico, el ocio o las obras, que suben los decibelios en muchas fases del día.
El tope de la organización mundial, 65 decibelios de día y 55 de noche como máximo, se ha acotado todavía más para el tráfico: en cuanto al ruido de la circulación, se considera un límite de 53 decibelios de día y 45 de noche. Y Salamanca no cumple con esos niveles.
El problema principal de la capital en cuanto a ruido lo genera el tráfico rodado, generando el 90% de la contaminación acústica. Según el estudio municipal, Canalejas, Gran Vía, Carmelitas, Filiberto Villalobos, Maristas con Peña de Francia, Paseo de San Vicente o Torres Villarroel superan los 70 decibelios en las mediciones oficiales de referencia, una partitura de motores, frenazos y toques de claxon emitida a alto volumen.
En España, cada año, hay más de 1.000 fallecimientos y 4.000 hospitalizaciones derivadas del ruido, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.