La sequía por la que está atravesando el conjunto del país está afectado al campo, con una incidencia muy directa al sector de la apicultura.
Por todo ello, la producción de polen y miel de milflores va a ser muy escasa en esta campaña; es más, la cosecha de miel será “prácticamente nula en esta primavera de 2023 por la ausencia total de lluvias. Es el tercer año seguido que pasamos por esta situación, colocando a la apicultura profesional trashumante al borde de la ruina“.
Así se ha manifestado el sindicado agrario COAG en Salamanca, quien ha explicado en un comunicado que los precios en origen están por debajo de los costes de producción. Hay miel de 2022 que todavía no ha salido al mercado, y una gran incertidumbre por mantener vivas las colmenas”, destaca la OPA.
El sindicato agrario estima unas pérdidad de 30,94 euros por cada colmena, cifra que se extrapola a 15.473 euros para una explotación de 500 colmenas. “Este cáculo se realiza teniendo en cuenta los últimos datos del Ministerio recogidos en el Programa Nacional Apícola (PNA de 2020-2022), que establece un rendimiento medio de miel por colmena y año de 10,24 kg/colmena en España y un coste de producción de miel de 2,92 €/kg”, señala COAG.
Así las cosas, 6,24 kg. corresponderían a la miel de mil flores no producida en esta primavera (precio en origen que no llega a 3 € kg.) por un total de pérdidas de 9.360 € y un total de 2.263 € por el incremento en 2023 de un 25 % de los costes de producción de la miel producida respecto a dicho período (0,73 €/kg.) por el impacto negativo de la guerra de Ucrania.
Según COAG, la imposibilidad de hacer al menos 50 enjambres artificiales (el 10% de cada 500 colmenas), a 77 euros por enjambre, provoca unas nuevas pérdidas de 3.850 euros que hay que sumar al total.
Ante esta situación, Javier Izquierdo, responsable sector apícola de COAG Salamanca, considera que “esta sequía es la más dura que hemos conocido los apicultores/as en Extremadura y Andalucía, porque lleva más de 3 meses sin llover, lo que ha marchitado prematuramente la primavera, a lo que hay que sumar el excesivo calor y el viento, que no ha dado tregua a los pastos y plantas melíferas en toda la región. A partir de mayo las colmenas empezarán a subir a Castilla y León, y el panorama, a falta de iniciar la campaña de estival, es crítico. Es necesario que llueva en las próximas semanas o la campaña de verano será nefasta”, concluyó contrariado.