El 65% de los municipios de Salamanca no gana población en el último año

La despoblación sigue su inexorable curso en la provincia de Salamanca ante la absoluta pasividad de un PP de Salamanca y Castilla y León que se cruza de brazos mientras los municipios se quedan sin servicios públicos básicos y, por extensión, sin personas.

Los últimos datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) lejos de invitar al optimismo, muestran una realidad que cada día es más cruel con una provincia que padece la desidia y la dejadez de un Partido Popular instalado y acomodado en una mayoría absoluta que le hace dormitar mientras Salamanca se desangra.

A todo esto hay que sumarle la negativa del PP a aceptar y apoyar las propuestas del grupo socialista en la Diputación para poner freno al principal problema de la provincia, lo que aumenta una realidad que es más que palpable: Salamanca se vacía.

Las cifras del INE reflejan que el 65% de los municipios de la provincia perdió o no ganó población entre los años 2022 y 2023; o, lo que es lo mismo, 233 de las 362 localidades de Salamanca vieron como su padrón municipal perdía habitantes o la cifra se quedaba congelada. De hecho, tan sólo 129 pueblos experimentaron un aumento poblacional, la mayoría de 1, 2, 3 o 4 personas en positivo.

Las localidades que más población ganan se refieren al alfoz de Salamanca, por las mayores oportunidades en vivienda y su menos coste a la hora de pagar impuestos.

Pero, llama (y mucho) la atención que municipios como Alba de Tormes, Béjar, Ciudad Rodrigo, Peñaranda de Bracamonte o Vitigudino siguen perdiendo población ante la escasez de políticas activas de lucha contra esta sangría que el PP está llevando a cabo.

Otro dato muy desalentador se refiere al envejecimiento de la población en la provincia, y para ello es necesario mostrar un dato revelador que arrojan los datos del INE. Más de 40 municipios de Salamanca no cuenta con niños de una edad comprendida entre los 0 y los 9 años, todos ellos con una edad media muy elevada y una escasez de servicios públicos básicos que anime a las familias a iniciar una vida en el mundo rural.

Bajo esta premisa, los más de 30 años de desgobierno del Partido Popular en Salamanca y Castilla y León están acabando con la mayoría de los municipios de una provincia que pide, desde hace mucho tiempo, acción política para frenar la sangría de la despoblación.

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