La reforma de las pensiones que está llevando a cabo el gobierno de España no va a suponer, ni mucho menos, un recorte de las mismas.
La decisión final se basará en un “gran refuerzo de los ingresos” de todo el sistema, especialmente a través de la cotización de los sueldos más elevados.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) será el organismo encargado de supervisar (cada 3 años) si el sistema es o no sostenible. Toda la base del programa ya ha sido comunicada a la Comisión Europea (CE) y Bruselas ha dado el visto bueno tras las negociaciones del ministro José Luis Escrivá.
Entre los nuevos cambios en el plan del Ministerio está que los pensionistas puedan elegir el periodo de cómputo que se tiene en cuenta para calcular la pensión. De forma automática la Seguridad Social aplicaría el sistema más beneficioso para la persona, pero siempre podrá optar entre el sistema actual, de 25 años, o por el de 29 años, con la posibilidad de excluir los dos de peor cotización.
Las mujeres, a las que puede afectar más la ampliación del periodo de cómputo por sus mayores interrupciones en la carrera profesional por los cuidados, tendrán opción a un sistema “más beneficioso”.