‘Peineta’ a Castilla y León

El ser humano siempre es capaz de superarse, de sorprender, de mejorar los límites que se había puesto, por muy complicados que estos parezcan.

Pero, como todo en la vida, tiene su parte positiva y su parte negativa; por desgracia, en Castilla y León nos toca vivir la cara menos amable del ser humano.

Y ésta la encarna el actual presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien cree estar por encima del bien y del mal, de las mujeres, de los celíacos y de cualquier colectivo que no se refiera a él mismo.

Por desgracia para nuestra tierra, este hecho ha vuelto a quedar reflejado, retratado y grabado una vez más; y será recordado como ejemplo de lo que la soberbia y el poder mal utilizado llevan a actuar a ciertas personas.

La política tiene que entenderse (no existe otra forma) como un elemento útil para mejorar la vida de los ciudadanos, sus problemas, sus inquietudes, sus demandas… y que su nivel de vida, lejos de empeorar, vaya ‘in crescendo’.

En el PSOE no vemos otra motivación que no sea ésta, basada siempre en el respeto hacia los demás; precisamente eso fue lo que el presidente de la Junta no tuvo hacia la procuradora socialista por Salamanca Rosa Rubio, quien tuvo que vivir en sus carnes un nuevo esperpento en Las Cortes.

Durante su exposición sobre una demanda de ayudas para el colectivo de los celíacos, ni corto ni perezoso, el señor Mañueco abandonó el hemiciclo con los aires de superioridad que le otorgan ese poder mal gestionado y que se ‘ha ganado’ después de introducir a la ultraderecha en las instituciones de Castilla y León.

Su afán de soberbia y de altivez le llevó incluso a realizar una ‘peineta’ bien disimulada (que no escondida) de espaldas a la procuradora salmantina, al tiempo que esbozaba la típica sonrisa del gobernante que se siente por encima del bien y del mal, que se cree superior al resto.

“Los ciudadanos no le importan”

Y, qué quieren que les digamos; lo peor de todo no es faltar al respeto a nuestra compañera, mujer y procuradora socialista, Rosa Rubio; y merece todo el respeto del mundo, no. Lo más grave es que esa peineta iba dirigida al colectivo de los celíacos en la comunidad, que no le importan absolutamente nada al señor Mañueco. 

Su gesto de soberbia también iba dirigido a los ciudadanos de Castilla y León que no piensan como él, que no comparten sus ideas y que abogan por un cambio urgente en una comunidad que se desangra poco a poco, pierde oportunidades y tiene que soportar desprecios como éste.

¿No era Mañueco el que presumía de gobernar para las personas de Castilla y León? Creemos que se ha puesto el listón demasiado alto; gobierna única y exclusivamente para una sola persona: él mismo.

comparte

Más actualidad

Sugerencias