Pedro Sánchez ya es presidente del Gobierno de los españoles y las españolas. El Congreso de los Diputados, sede del poder legislativo y la soberanía nacional, habló alto y claro.

Los 179 votos a favor ofrecen uno de los resultados más amplios de un gobierno sin mayoría absoluta de la historia de la democracia española. Ésa es la dimensión de la victoria del progreso sobre el retroceso en las pasadas elecciones del 23 de julio.

12,6 millones de votos avalan los obtenidos ayer por los diputados que dieron la confianza al candidato del PSOE. Frente a este enorme apoyo, la soledad del PP junto a la ultraderecha nostálgica del franquismo. La foto es apabullante.

Mientras Alberto Núñez Feijóo parece seguir viviendo en una ensoñación de la que nadie es capaz de despertarlo, el país avanza hacia cuatro años más de progreso de la mano de un gobierno de coalición progresista.

Ni un día han esperado los medios de comunicación voceros de la derecha para comenzar su particular competición en el lanzamiento de bulos. No esperamos nada de ellos. Ni sus encuestas cocinadas en olla exprés, ni la ofensiva total contra nuestro partido, fueron capaces de tumbar la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas que no querían volver atrás. Si algo hicieron fue reafirmar ese voto.

Las semanas de mentiras que el candidato Feijóo dedicó al respetable, multiplicadas en campaña electoral, no vencieron a la terca verdad de un país que crece, quiere seguir ganando derechos y no soporta la idea de tener a los ultras en la vicepresidencia del gobierno de España. Ismael Serrano, durante el debate de investidura, dejó en evidencia la endeblez del político Feijóo. Cada vez que sube a la tribuna de oradores su capital político baja en los mercados que valoran su sustitución por alguien más sólido.

Cuatro años por delante. Claro que no será fácil. Eso lo sabemos bien los socialistas. Vamos a tener en contra, otra vez, a todos los poderes en las tinieblas que se empeñaron en que este momento no llegara. No hay problema. Los españoles y españolas los pusieron en su sitio. Elegir el gobierno es cosa del pueblo, y los que quieran tenerlo que se presenten a las elecciones. Los socialistas solo atendemos a un poder, el de las urnas, y a un mandato, el de las mujeres y hombres que cada día hacen de España un país en el que merece la pena vivir.