Cuando la calle habla

¡Sanidad pública y de calidad! Bajo este grito miles de andaluces y andaluzas se echaron a las calles el pasado fin de semana. El hartazgo que genera el proyecto político fracasado del Partido Popular en todas las comunidades donde gobierna es más que notorio. Y no solo en esta tierra, también en Valencia, donde miles de valencianos y valencianas pedían a la vez la dimisión de Mazón.

La indignación por los fallos en el programa de cribados de cáncer de mama no se supera de cualquier manera, no hay despido que cure el dolor de las víctimas, ni sustitución que repare el sufrimiento de sus familiares, ni improvisación, ni más mentiras que tapen las vergüenzas que intentan esconder a base de ruido. Las personas merecen dignidad, algo de lo que carece completamente el Partido Popular. España necesita más responsabilidad y menos sillones vacíos en los peores momentos. Necesita buena gestión, y no recortes porque, las consecuencias, las sufrimos todos.

Las más de 150.000 hectáreas quemadas en los incendios de Castilla y León, los 237 fallecidos por las inundaciones de la DANA, la crisis de los cribados o los 7.291 muertos en las residencias de Madrid no son errores puntuales, son el resultado de las políticas de una derecha que antepone su propio interés y el de unos pocos al de la mayoría. Una derecha que pone en peligro vidas, con nombres y apellidos. Con hogares enteros que no consiguen entender aún el porqué de tanta dejación e incompetencia.

Por eso la calle habla y las protestas se multiplican allí donde gobiernan. Porque son un auténtico peligro. ¿Dónde está el liderazgo del señor Feijóo? Y ¿Dónde están los 60.000 millones de euros más que ha recibido Andalucía en estos siete años de Gobierno de Pedro Sánchez? Porque este dinero no se ha traducido en mejoras de los servicios públicos, a la vista está. “Este dinero está en regalos fiscales y en privatizaciones”, ha asegurado en rueda de prensa la portavoz socialista, Montse Mínguez. Y así, Moreno Bonilla recibe con una mano dinero del Estado para, con la otra, hacer regalos fiscales. Como quitar el impuesto de patrimonio al 0,2% de andaluces que se ahorran 120 millones de euros, mientras 77.000 empleados públicos van a tener que ver congelado su sueldo.

Este es su modelo. Y lo que ha pasado en Andalucía es, lamentablemente, fiel reflejo de su patrón: el que recorta en lo público y deja a mujeres desprotegidas ante la enfermedad del cáncer de mama. Por eso la gente, desde las calles, ha dicho BASTA YA a quienes, sin convicciones ni principios, no creen en la política que mejora vidas. Ha dicho BASTA YA a quienes, con mentiras, tratan de tapar su incompetencia. Ha dicho BASTA YA a tanta negligencia.

Enfrente de este caos, hay un partido que lleva la defensa del interés público y la justicia social grabadas en su ADN, y lo demuestra con la gestión. Un PSOE que apuesta por medidas que solucionan los problemas. Un partido del Estado del Bienestar con un Gobierno al frente que protege y ayuda gracias a un modelo de prosperidad compartida, que es ejemplo dentro y fuera de nuestras fronteras.

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