La falta de políticas del PP en la provincia hace que el problema de la despoblación se agrave año tras año.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) sigue dejando nefastas noticias para la provincia de Salamanca, estadística tras estadística.
La última de ellas, publicada hace escasas fechas, no ha sido diferente y sigue mostrando las carencias de una provincia cuyos pueblos pierden vida a borbotones. No en vano, el INE refleja que más de 270 pueblos de Salamanca han perdido población entre 2021 y 2025.
O, lo que es lo mismo, el 75% de nuestros municipios ha visto como su padrón municipal se veía mermado en los últimos cuatro años… una vez más.
Todo ello, con el beneplácito y la colaboración de un Partido Popular, mucho más preocupado en torpedear e insultar a Pedro Sánchez, que de gobernar una provincia que se está quedado sin su bien más preciado: las personas.
Al PP de la Diputación de Salamanca se le llena la boca en innumerables ocasiones hablando sobre el bienestar de los pueblos, sus servicios, el apoyo de la institución y el gran papel que juega la Junta de Castilla y León en este apartado. Nada más lejos de la realidad.
Pueblos sin suministro de agua, sin servicios básicos para vivir, sin sanidad, sin educación… y, lo que es aún peor, con un PP rechazando por activa y por pasiva las propuestas del PSOE para mejorar la vida en los pueblos.
Planes de lucha contra la despoblación, atraer gente y oportunidades al mundo rural, una UVI Móvil para Peñaranda y Vitigudino, un Soporte Vital Básico para Ledesma, mejorar la red de transportes provincial y regional, gratuidad de los libros de texto y el material obligatorio para Educación Primaria, Secundaria y FP Básica, son solo algunos ejemplos del ‘NO’ del PP al desarrollo de los municipios.
Así, los pueblos más pequeños de Salamanca están viendo como cada año su número de habitantes se esfuma poco a poco, siendo los principales paganos de la inacción del PP en la provincia, a los que hay que sumar otros de mayor volumen.
Alba de Tormes, Béjar, Ciudad Rodrigo, Cabrerizos, Guijuelo, Ledesma o Vitigudino son localidades que también sufren el golpe de la despoblación; la provincia ha ganado 711 habitantes en los últimos 4 años, mientras que el 75% de los municipios pierde población. La cuentas están claras para todos… menos para el PP.



